Por Cristina Toledano
Muy buenos días a todos y a todas .
¡Qué gusto da ver tanta gente reunida en Las Navas de Jadraque, con este sol de otoño que nos acompaña, para celebrar el día de la sierra!
Gracias a la asociación Serranía de Guadalajara por pensar en mí para este pregón. Es un honor y, sobre todo, una gran responsabilidad, porque si algo me une a esta tierra es el cariño, el respeto y las ganas de seguir descubriéndola. ¡Gracias también a las autoridades presentes, que hoy han hecho un hueco en sus agendas para poner a Las Navas de Jadraque en el mapa —aunque yo sospecho que muchos repetirán- porque quien viene a la sierra… acaba volviendo!
Hace unos días, subiendo al Ocejón desde Majaelrayo —que ya sabéis que tiene su aquel, sobre todo cuando piensas que estás en forma y te encuentras sudando camino de la Peña Bernardo – pensaba en la grandeza de esta Sierra Norte de Guadalajara.
Mirando el paisaje desde arriba, se me vinieron muchas cosas a la cabeza: los barrancos del Jarama y del Jaramilla, los montes que parecen no tener fin… y también las marcas del incendio del Pico del Lobo, que nos recordó hace unas semanas que esta tierra, aunque fuerte, también necesita que la cuidemos.
La Sierra Norte no es solo un espacio natural protegido, de hecho, está integrado dentro de la red Natura 2,000 —ni un decorado para instagram, aunque también dé para mucha foto bonita—.
es una tierra viva, con pueblos distintos y gente que lucha por mantenerlos en pie.
Y ahí está el mérito de la asociación Serranía de Guadalajara: dar voz a todos esos pueblos y tejer una red entre quienes aman esta tierra.
no es fácil encontrar vínculos entre El Cardoso y Almiruete, o entre Sigüenza y Palancares… pero esta asociación lo ha conseguido.






























