El fallecimiento del alcalde de Cantalojas, Narciso Arranz, debido posiblemente a la afección por Coronavirus (y desgraciadamente de muchas más personas en nuestra Serranía), pone de manifiesto, cómo, también en esta ocasión, los problemas que afectan a nuestra sociedad repercuten, pero de distinta manera, en nuestro medio rural. Nos consta de las preocupaciones y esfuerzos de Narciso y de su corporación municipal para que la epidemia no llegara a su pueblo o, al menos, no se extendiera con consecuencias, imprevisibles y potencialmente graves, entre las gentes de su pueblo. Para él, para su familia, para los demás fallecidos y afectados, para sus compañeros de corporación y para toda la comarca va nuestro reconocimiento, que se suma al que se extiende por todo el país apoyando a cuantos defienden nuestra seguridad y supervivencia.
Posiblemente los ediles de nuestros pequeños pueblos se han visto en muchos casos impotentes frente a la amenaza que se les venía encima. Sus recursos son pocos, las posibilidades de controlar el confinamiento, escasas y en muchos casos imposibles de cumplir o de regular: los ancianos, sólos o con amplias limitaciones, el ganado que necesita comer y ser recogido, las medicinas o los alimentos que escasean, los familiares que no se pueden acercar al pueblo, el secretario, el médico o el cura que no hacen el servicio en estos días… Su proverbial soledad se eleva al cuadrado, no sólo afectiva sino vitalmente. (más…)